Al pensar un título para esta reseña solo aparece en mi mente una canción del cantante colombiano Fonseca con Willie Colón que se llama “Estar lejos”, que habla de la distancia que vive un amor perdido. Y esa canción resume perfectamente la novela “El síndrome de Ulises”, de Santiago Gamboa.
¿Por dónde empezar? Les contaré que, aunque una versión digitalizada reposa entre los archivos de mi computador, a esta novela no la leí, sino que la escuché. No soy asidua al formato de audiolibro; sin embargo, quería probarlo con este libro, cuyo arranque no decepciona. “Por esa época la vida no me sonreía. Más bien hacía muecas, como si algo le provocara risa nerviosa. Era el inicio de los años noventa. Me encontraba en París, ciudad voluptuosa y llena de gente próspera, aunque ése no fuera mi caso”.
La historia se divide en tres partes: historias de fantasmas, Inmigrantes & Co y el síndrome de Ulises, una enfermedad llamada también el síndrome del emigrante, un fuerte malestar emocional que viven las personas que han tenido que dejar atrás el mundo que conocían en situaciones extremas. La situación que vive uno de los personajes de esta historia.
Del protagonista, cuyo nombre se revela por casualidad en las últimas páginas, podemos decir muchas cosas. Vive en el París de los 90 y quiere ser escritor. La ciudad en la que vive no era la que veía en los cuentos de Cortázar, cree que nunca va a encontrar al París de sus seños, pero lo intenta y al hacerlo se encuentra con una cantidad de gente de distintos oficios e historias. Personas que se vuelve sus amigos en la desgracia y de las que él aprende que el mundo es ancho y ajeno, como el libro de Ciro Alegría.
En esta novela conviven el amor, el desamor, la búsqueda del placer, la literatura, la cultura y los viajes errantes. Aparece también ese gran escritor peruano Julio Ramón Ribeyro, quien le da una cátedra al protagonista sobre el oficio de escribir. En una escena, Paula le dice al protagonista que ellos no son verdaderos migrantes, que pueden volver a Colombia cuando quieran. La situación de exilio es distinta y esto se descubre a través de poemas de escritores árabes o turcos, que debieron huir de sus países arrastrando consigo la sensación de no ser de aquí ni de allá.
¿Por qué leer El Síndrome de Ulises? Para entender esa sensación de pérdida. Es un gran homenaje que, tal vez sin proponérselo, hace Gamboa a los migrantes y exiliados. Es saber que no puedes volver, que ahora tu destino se escribe en las calles de un país distinto, que el vacío lo sentirás todos los días, pero que también hay la esperanza de conocer a otros como tú que caminan por las desoladas calles de París o Madrid intentando sobrevivir a diario. Buscándose el destino que dejaron cuando tuvieron que irse, muchas veces para no volver.