Texto y entrevistas: Doménica Salvador
Dicen que el pueblo que no conoce sobre su historia está condenado a repetirla. Pero, ¿qué pasa cuando el pueblo no puede acceder a la historia? ¿Qué pasa cuando, para muchos expertos y algunos informes, uno de los mayores repositorios documentales de un país no tiene un techo seguro para resguardarse?
Ese es el caso de Ecuador. Durante años colectivos de historiadores, escritores, catedráticos han intentado conservar la historia del país. Han resguardad archivos, documentos, libros, panfletos y cualquier expresión significativa que ayude al ecuatoriano a entender de dónde viene. Por décadas se han reunido estas piezas y se las ha colocado en museos o edificios de distintas entidades gubernamentales.
El antiguo archivo histórico del Banco Central del Ecuador es una de esas colecciones que guardan la memoria del país. Todo el archivo mencionado, las reservas de las piezas arqueológicas del Museo Nacional de Ecuador —MUNA—, más las colecciones de las bibliotecas Jacinto Jijón y Caamaño, Carlos Manuel Larrea, la colección general de libros de la Biblioteca del Banco Central, José Corsino Cárdenas y otros se encuentran en un solo lugar.
En un solo sitio en el que existen más de 200 mil ejemplares invaluables y más de 1 millón de documentos audiovisuales: en el edificio Aranjuez. Este está ubicado en las calles Reina Victoria y Jorge Washington.
“Está colección, la memoria del Ecuador está en peligro”. Así lo expresa Carlos Cartagenova, bibliotecario con más de 35 años de experiencia en el sector cultural.
Para dimensionar el tamaño del patrimonio que existe en este fondo, habría que escuchar a Cartagenova:
“Imagínese la exposición del MUNA, ahí están alrededor de unas 100 piezas exhibidas como mucho de arqueología. En este edificio Aranjuez, que es la reserva del Museo Nacional hay más de 60 mil objetos de todas las culturas ecuatorianas como la Valdivia, La Chorrera, Machalilla, trajes típicos… ¡Es inmenso!”.
¿Qué hay en la reserva?
Según el informe de traslado de reservas del arte, emitido por la Subsecretaría de Memoria Social en mayo de 2020, este es el inventario oficial del Edifico Aranjuez:
ARQUEOLOGÍA: Pisos 3, 4 y subsuelo 2 del edificio Aranjuez: 42.612 bienes
ARTE COLONIAL Y REPUBLICANO: Pisos 2 y 6 del edificio Aranjuez: 3.500 bienes que tienen varios componentes (marcos, piezas articuladas, partes, entre otros) con números de inventario que llegan a los 5.000 ítems.
ARTE MODERNO Y CONTEMPORÁNEO: Pisos 5, 6 y taller de restauración del edificio Aranjuez: 2.600 bienes
FONDOS BIBLIOGRÁFICOS: Subsuelo 1, Pb y Mezanine del edificio Aranjuez: 223.773 volúmenes. Las obras son libros y material de hemeroteca de variado formato entre pequeño, mediano y gran formato.
LOS FONDOS DOCUMENTALES Y AUDIOVISUALES: Piso 1 del edificio Aranjuez: 1’000.000 de ítems aproximadamente. Las obras son documentos antiguos, planos, fotografías en papel, acetato y vidrio, discos de pizarra, vinil, acetato y policarbonato, equipos fotográficos y de audios, cintas de audio y audiovisuales, medallas y reconocimientos enmarcados, almacenados en cajas de archivo, encuadernados o carpetas.
Un problema llamado Aranjuez
Guillermo Bustos es historiador y miembro de la Coalición por el Patrimonio. Él afirma que existen dos ejes fundamentalmente problemáticos con respecto a los documentos que están en el edificio Aranjuez. El primero es su ubicación.
“Como catedráticos estamos preocupados primero porque se salvaguarde la integridad de estos documentos. Tras el informe de la secretaría hemos pedido que se traslade el material histórico”, expresa Bustos.
El segundo eje problemático tiene que ver con el acceso a la información que se encuentra en el repositorio.
“Van casi dos años que dicen que van a mover los documentos. El Ministerio dice que están realizando procesos. Nosotros estamos pidiendo que se solucione esto para que se cumplan con las garantías constitucionales que tenemos los ciudadanos para acceder a estos bienes públicos. Como historiadores, como investigadores, nos vemos afectados. Se han pausado un sinnúmero de investigaciones porque nosotros ni estudiantes podemos acceder a esta información que es pública”, denuncia Bustos, investigador de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Por su parte, para el escritor Leonardo Valencia, quien ha publicado artículos de opinión sobre el tema, en su columna en diario El Universo, existe un mal manejo de estos archivos. Valencia incluso recuerda que tras los informes de riesgo se habría planteado una reubicación del patrimonio documental y arqueológico a la exsede de la UNASUR. Con el cambio de Gobierno, esta idea se desechó.
Una nueva casa
El proceso para encontrar una nueva casa para el patrimonio documental en el edificio Aranjuez ha sido largo. Han existido varias propuestas por parte de historiadores y del mismo Ministerio de Cultura.
Por ejemplo, han conversado sobre 12 lugares que podrían ser la nueva casa del archivo documental, pero para la Coalición esto no ha servido de mucho.
Guillermo Bustos señala que han existido varios diálogos con el Ministerio de Cultura y la Subsecretaria de Memoria Social. Sin embargo, han hecho caso omiso a sus sugerencias.
En sí han sido tres propuestas concretas las que han presentado: El antiguo edificio de la Embajada de Estados Unidos, La Casona del Antiguo Hospital Eugenio Espejo y el Centro de Investigación sobre la Memoria.
La insistencia del sector por el traslado de los bienes ha persistido por 26 meses.
¿Se podría caer el edificio Aranjuez?
Hasta junio de 2021 se habían presentado cuatro informes técnicos que demostraron la fragilidad del edificio. Se empezó a realizar el análisis del edificio tras el terremoto de 2016 en Manabí, el cual también tuvo repercusiones en Quito.
Primer informe, 2017
El primer informe lo presentó la Escuela Politécnica de Ecuador. Este documento presentaba las evaluaciones finales de la estructura del edificio. Y develó que existe una vulnerabilidad sísmica de dos bloques del Aranjuez frente a un evento sísmico, basado en las especificaciones «de diseño» de la Norma Ecuatoriana de la Construcción (NEC). En el documento de 28 páginas se informó que a pesar de reforzar las estructuras no se garantizaría totalmente la resistencia del edificio. Además, el costo de hacerlo representaría el 30% del valor del edifico o que incluso podría superar el 100%.
En el informe se lee: “Al observar los desplazamientos de piso elásticos, se puede apreciar que el movimiento de los bloques superará los 22 cm en ciertos niveles frente al evento sísmico de diseño. Si consideramos que la mayor junta construida entre bloques es inferior a los 11 cm (medida en campo y que varía entre piso) el impacto entre bloques y por ende daño es inevitable en las condiciones actuales. No obstante, vale aclarar que dicha patología inclusive después de un reforzamiento estructural muy difícilmente será́ solventada en un 100 %»
Segundo Informe, 2017
Este segundo informe de “análisis no lineal fragilidad y reforzamiento” contó con 56 páginas. Este estudio más detallado de la Escuela Politécnica Nacional aseguró que el edificio Aranjuez “frente a un evento sísmico presenta una probabilidad de colapso del 90% para ambos bloques. Además, el bloque uno «presenta una probabilidad de colapso de alrededor del 47% frente a un evento sísmico moderado”
Tercer informe, 2019
El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, el 28 de noviembre emite los resultados del análisis estructural del edificio. En este informe se concluye que la edificación tiene una “alta vulnerabilidad y que posee riesgo de daños estructurales que puedan atentar con la vida de sus ocupantes ante un evento sísmico”.
Cuarto informe, 2020
Mayra Pullas, analista de gestión de riesgos y tráfico ilícito del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural remite este informe a Joaquín Moscoso, director ejecutivo del INCP. En él insta a realizar un traslado de los bienes culturales del edificio. En el informe se da directrices para empezar la mudanza del Archivo del edificio Aranjuez. El informe se remitió a la subsecretaría de memoria social del Ministerio de Cultura.
La respuesta de la Subsecretaría fue un informe de opciones para traslado de los bienes.
“Ante el inminente peligro al que están expuestos los funcionarios y los bienes patrimoniales del Edificio Aranjuez se procede al desalojo del edificio…», dice el documento.
De acuerdo a la Coalición, actualmente se está esperando un nuevo informe por parte del Servicio Nacional de Riesgos con respecto a la estructura del edificio Aranjuez.
Recuperar el tiempo perdido
Historiadores, expertos, gestores y estudiantes solo quieren que no se pierdan los documentos, que los fondos se mantengan. Que este archivo siga siendo un espacio de consulta. Más de dos años alejados de este espacio es quizás una prueba de la relación tóxica que tiene el país con su memoria.
Que incluso parece desconocer la importancia de un archivo como este.
Bustos, Valencia y Cartagenova coinciden en que el archivo del edificio Aranjuez es la memoria histórica del Ecuador.
La crisis de la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit
La carta de la Coalición por el Patrimonio también toca otro tema que preocupa al ambiente cultural del país. Esto al manifestar su apoyo a la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit por las dificultades que presenta.
¿Por qué está en peligro?
La asignación presupuestaria que recibe la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit —BEAP— se redujo en un 68%. En 2021 se otorgó a la BEAP USD 194.458.88 cuando, de acuerdo a Iván Lucero, director de esta Biblioteca, debía recibir USD 600.000.
“En la ley dice que son 1500 salarios mínimos vitales, tras un examen en el 2006 de la Procuraduría se determinó que el monto no abastecía y se indicó que los presupuestos de la biblioteca tenían que ser salarios básicos unificados, por eso eran 600.000”, denuncia Lucero.
Autoridades del Ministerio de Cultura han señalado que se han adherido a la ley para entregar una cifra cercana a los USD 195 mil. Y también que en 2020 la Biblioteca habría recibido 600 mil dólares de los cuales solo se ejecutaron 480 mil dólares. Ellos indican que la BEAP hizo una devolución por 120 mil.
Desde la Biblioteca confirman la devolución, pero no porque el dinero no fuera necesario. De acuerdo a Pablo Rosero, coordinador técnico de la BEAP, el problema radica en que el presupuesto de ese año fue entregado en octubre, es decir, la Biblioteca tuvo dos meses para aplicar los fondos. Lucero añade, además, que en el Plan Operativo de Anual presentado al Ministerio de Cultura solicitaron que el sobrante pudiera usarse en enero y febrero del 2021.
Con la nueva administración, las entidades dejaron sin validez esta solicitud y el monto de los 120 mil dólares tuvo que ser devuelto.
Por haber recibido su presupuesto anual en el último trimeste del año —el 2 de octubre—, la BEAP se encuentra en una crisis financiera. Mientras las autoridades de la Biblioteca esperaban el desembolso de los fondos, buscaron financiamiento externo mediante préstamos privados.
¿Por qué se necesita la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit?
La BEAP es una de las bibliotecas más importantes del país y es reconocida por muchos autores e historiadores como la verdadera Biblioteca Nacional. Leonardo Valencia considera que la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit es el mayor centro de documentación cultural e histórica de Ecuador. El lugar alberga colecciones de museos, así como archivos documentales.
“En el edificio hay más de 500.000 libros y otros miles de documentos de valor para la historia del Ecuador, entre los que se encuentran manuscritos emblemáticos como el Himno Nacional, de puño y letra de Juan León Mera; los tratados manuscritos en latín de las lecciones de filosofía de Juan Bautista Aguirre; la Historia del Reino de Quito, de Juan de Velasco, primeras ediciones invalorables como la colección personal de libros de Virgilio de Espinosa Pólit, y cientos de miles de folletos con conferencias y textos de la cultura ecuatoriana, por no hablar de los archivos de diarios nacionales”, señala Valencia.
Más que guardar libros
El director de la BEAP, Iván Lucero, asegura que el trabajo de la Biblioteca es mucho más que solo guardar libros: “Aquí hacemos un proceso de digitalización y llevamos más de 10 millones de páginas digitalizadas, pero esto solo representa el 15% del fondo bibliográfico. También restauramos colecciones como la de Gabriel García Moreno. En esto invertimos, en equipos, en el cuidado de los libros, en el mantenimiento del lugar. Este edifico es más grande que Carondelet. Aquí se integra un Centro Cultural que incluye un museo de arte religioso y de otras obras. A esto se suma una de las mayores colecciones de mariposas de Sudamérica, con más de 200.000 ejemplares recolectados durante años por el lepidopterólogo Francisco Piñas, y herbolarios inigualables, entre nuevas áreas museísticas”.
Pablo Rosero asegura que el presupuesto apenas alcanza a cubrir con el mantenimiento del lugar, más los sueldos de 18 personas en nómina.
Este acuerdo ministerial al que hace referencia Rosero regula la relación entre la Biblioteca y el Estado, restringiendo competencias de estas instituciones.
Desde la Biblioteca señalan que existe una crisis financiera en la BEAP y que además el lugar pronto no se abastecerá para recibir más colecciones. La Biblioteca tiene en lista de espera más de 14 bibliotecas que quieren donar sus volúmenes. Pero ya no pueden acoger a los libros por la estructura de la edificación.