Texto: Eduardo Varas C.
En términos generales, los Red Hot Chili Peppers están más cerca de la tercera edad que antes. El batería, Chad Smith, está por los 60 años; Flea y Anthony Kiedes tienen 59 y John Frusciante, el menor de todos, va por los 52. ¿Eso debe tener un reflejo en su aproximación a la música? Más que reflejo, quizás haya una especie de determinación. Que está ahí, en este disco.
Lo que también es una demostración de que el rock, o el hacer música con un tipo de energía particular, no pasa por la edad.
La banda que hace rock, que va desde el folk hasta el funk, ha armado un disco donde más que locura y temas en la onda «Can’t stop», se decanta por algo mucho más pausado. Eso no significa aburrido, desde luego. «Unlimited love», el 12avo álbum de los Chili Peppers, funciona porque hay buenas canciones —diría que todas— y porque los músicos ahí presentes dan lo mejor de sí, sin necesidad de apresurar el beat o ser los mismos jóvenes de siempre.
«Unlimited love» es un disco de muchas escuchas. De terminarlo y volver a poner play.
Con eso ya afuera del sistema, hay que dar los datos básicos. Luego de «Stadium Arcadium», el disco de 2006 —con su consiguiente gira mundial—, Frusciante decidió por segunda vez dejar el grupo en 2009. Eso significó el arribo de Josh Klinghoffer a la alineación, lo que dejó dos de los mejores discos del grupo, «I’m with you», de 2011 y «The Getaway», de 2016. Pero tanto Flea como Kiedis buscaban recuperar a Frusciante, no por descontento con el guitarrista que tenían sino que, en medio de la preproducción de un tercer disco con Klinghoffer sintieron que ese ya no era el camino. Flea le metió la idea a Frusciante que, en toda esa década que estuvo fuera del grupo se dedicó sobre todo a hacer música electrónica. Y listo, en diciembre de 2019 anunciaron su retorno.
La pandemia retrasó un poco los planes, pero en 2021, con casi 100 temas creados, el grupo se juntó a Rick Rubin, en su estudio en Malibú y empezó a trabajar. Así se le dio forma a «Unlimited love», un disco de 17 temas, que llega a los 70 minutos.
El viaje ligero
El primer sencillo que salió del disco, «Black Summer», es la canción que abre el disco. Ahí hay una declaración de principios. Frusciante ha vuelto, dispuesto a hacer los mejores solos de guitarra de su carrera —el de «The Great Apes» es uno de esos— y a dedicarse enteramente a hacer armonías vocales y coros. Esa es una dinámica que se mantendrá casi en todo el disco. Con excepción de «The Heavy Wing», donde mientras Kiedis canta las estrofas, el guitarrista es la voz principal en el coro.
Y eso es ya certeza de una canción que va a ser favorita para los fanáticos.
John Frusciante es una especie de genio al que le incomoda estar en contacto con otras personas, casi como si sufriera de ansiedad social. Se lo percibe torpe y fuera de lugar. Su espacio es la música. Anthony Kiedis ha dicho que su compañero es hipersensible e hiperinteligente y eso ahora es una necesidad para la banda. Frusciante apuesta por efectos, porque la guitarra suene a otras cosas, porque sea precisa todo el tiempo. Esa es una de las joyas de este álbum: que el guitarrista deja de lado el purismo y se reconstituye.
La instrumentación del disco es directa: batería, bajo, guitarras y algunos teclados por ahí y por allá. Lo básico para que sea este un disco rock. Anthony Kiedis todavía es capaz de cantar rítmicamente, como si cada sílaba fuera un elemento percusivo, como se escucha en «Poster Child» o en «Whatcu Thinkin'».
Flea es simplemente fabuloso, como siempre. Y en una de las mejores canciones de esta colección, «One Way Traffic», regala un solo de bajo que es uno de los lujos de «Unlimited love». Chad Smith nunca va a ser el punto bajo de este grupo y lo que hace al final de «These are the ways» es prueba de eso.
En este disco hay cierto sentido de balada. Existe una suavidad que empieza desde el primer tema y que se va desarrollado a medida que van llegando las canciones. Quizás esto pueda resultar curioso para algunos fanáticos. Pero no todo debe ser diversión, debe suceder algo más.
Porque los Chili Peppers no tienen necesidad de hacer un «Give it away» una y otra vez. Pueden explorar otras vías para hacer del viaje musical algo mucho más interesante para estos momentos. Y «Unlimited love» celebra su lado más suave, con grandes momentos de fuerza.
Este es un disco que funciona como un proceso. Los mejores temas están en el inicio y en la parte final y exigen ser escuchados una y otra vez. El grupo no defrauda,
Los Chili Peppers ya son gente con sus años a cuestas, es un hecho. Y ellos reconocen que la novedad está en aceptar que existe otra vía para llegar a un lugar interesante, un sitio que está plagado de buenas canciones.
Grandes momentos y gente que disfruta cada una de sus canciones y la aventura de un nuevo disco de su banda favorita. Se lo puede escuchar aquí.