Nació el 25 de febrero de 1943 y desde pequeño estuvo obsesionado con las guitarras que dibujaba en cada cuaderno que caía en sus manos. La familia, de clase trabajadora, se esforzó para conseguirle una al menor de sus cuatro hijos. Eso fue todo. George Harrison se enamoró de la música y de la guitarra, como ese instrumento de batalla que le ayudaría a comerse al mundo junto a Paul, John y Ringo.
Y luego de The Beatles llegaría una carrera solista que empezaría por lo alto y que, de a poco, iría decantando en algo más personal y menos enfocado en la lista de ventas.
Hoy, cuando cumpliría 79 años, viene bien hacer un recorrido por esas cinco canciones de George Harrison que son maravillosas, pero que se escuchan pocas veces.
-
Not Guilty
Una canción que fue grabada por The Beatles durante las sesiones del disco blanco, en 1968, y que decidieron dejar afuera del álbum, a pesar de ser un tema monumental. Hay un sentido en esto, ya que es una canción en la que Harrison deje en evidencia todo su malestar ante lo que era su posición en la banda y su estado de «beatle de segunda», por debajo de Lennon y McCartney. A eso hay que sumarle que «Not guilty» surge como respuesta a sus dos compañeros de grupo ante los reclamos por lo que fue el retiro espiritual que realizaron con el Maharishi Mahesh Yogui y que terminó en un fiasco. En la versión de The Beatles, Harrison esconde el malestar con efectos en la voz y cierto cinismo en su manera de cantarla.
11 años después, en su disco «George Harrison», de 1979, recupera la canción con un arreglo más acústico y dándole más realce a la melodía. Ya más viejo, George sabía lo que quería e iba a decir, sin duda. ¿Qué versión quedó mejor?
-
Far east man
Una de esas rarezas en la discografía de Harrison, porque «Far east man» está compuesta por él y por Ronnie Wood, el guitarrista de The Rolling Stones. Era 1974 y ambos estaban pasando por tiempos tumultuosos en su vida personal y esto se refleja en una canción que, con tintes soul, se concentra en cómo la amistad, en momentos complicados, es una de las necesidades del ser humano. Tanto Wood como George la grabaron en sus discos y la versión de George, pese a ser la mejor, tiene una característica importante: la voz del exbeatle se percibe cansada, rasposa y apagada, debido al exceso al que fue sometida ese año, en el que Harrison lanzó un disco e hizo su famosa gira por Estados Unidos que no consiguió terminar porque, simplemente, su voz desapareció. Atención especial al mensaje que hay al inicio de la canción, una dedicatoria a Frank Sinatra.
-
I really love you
Publicada en 1982, en el disco «Gone Troppo», «I really love you» es la prueba del gran humor que manejaba Harrison, incluso cuando se trataba de hacer canciones. En clave homenaje / parodia al sonido del doo wop, George toma esta composición de Leroy Swearingen y canta todas las voces, así sea la de los coros, en falsetes para imitar el tono de una mujer, o impostando un tono grueso, para generar algo que no se suele encontrar con mucha facilidad en la carrera musical de alguien: una especie de burla que deja el estado de ánimo arriba.
-
Just for today
Si algo caracterizaba a la música de George Harrison era la posibilidad de jugar armónicamente con todas las combinaciones posibles de acordes y conseguir, en el proceso, una melodía fabulosa, que equilibre todo, que le dé sentido y hasta belleza a lo que sucede a su alrededor. «Just for today» no es precisamente una canción a la que se le haya hecho justicia en el proceso de grabación del disco «Cloud nine» —el último que lanzó en vida, en 1987—, pero eso no quiere decir que deje una mala experiencia en el oyente. Estaba balada, tan propia de los 80, se sostiene por un piano tocado por Gary Wright y un solo de guitarra slide en el que George Harrison deja en claro porqué era un genio cuando se trataba de ese instrumento.
-
Brainwashed
Una canción que recupera a un George capaz de hacer algo que genere gracia, que tenga un beat hacia adelante, un riff poderoso, una conciencia espiritual única y un sentido de crítica que siempre estuvo presente en su catálogo. Harrison murió en 2001, a consecuencia de la metástasis que le produjo un cáncer al pulmón, que le llegó al cerebro. El disco «Brainwhased» salió publicado en 2002, terminado por Jeff Lynne, el baterista Jim Keltner y el hijo de George, Dhani. Todo lo que pasa en esta canción merece un estudio aparte, porque se abre a diferentes espacios en cada una de sus partes. El final incluye un mantra que funciona como el saludo a Hara o a Shiva, cantando tanto por George como por Dhani. El resultado es simplemente hermoso.