Texto: Eduardo Varas C.
Frente Cumbiero es un ataque. Es abanderar, de cierta manera, eso que se conoce como «nuevas cumbias». La base de la propuesta ya queda clara desde su nombre; en una puesta en escena en la que no hay lugar a dudas: «Somos un golpe bastante agresivo en el escenario. Estamos siempre medio ametrallando desde le principio hasta el final, con información melódica y rítmica», dice Mario Galeano cuando se le pregunta sobre el grupo.
Galeano es la cabeza, el compositor principal y quien da la cara cuando se habla de Frente Cumbiero, ese proyecto que existe desde 2006 y que comparte con otros músicos que, como él, supieron mirar hacia atrás. A ese sonido que socialmente la «gente bien» no aceptaba y que ahora tiene un nicho muy fuerte. El resto de la agrupación la conforman Pedro Ojeda, el baterista / timbalero; Marco Fajardo, el clarinetista y saxofonista, y Sebastián Rozo, dedicado al bombardino.
Frente Cumbiero es instrumental. No hay cantante, lo que hay es música y un grupo al servicio del baile. «Es el espíritu del instrumentista el que guía esto a la estratosfera», dice Galeano. Por esa razón él quiso hacer este proyecto con sus compañeros: «Ellos, cuando están en su rol de instrumentistas son un cohete del hijueputa. Y eso es lo que transmite a fondo, a la gente, la experiencia de tener este golpe de sonido en la cara».
Y a las pruebas me remito:
Esto, en vivo, se podrá experimentar en Quito, este jueves 14 de abril, ya que Frente Cumbiero será parte de La Santa, que se desarrollará en Soundgarden desde las 20:30.
De Bogotá para el mundo
No es nuevo. La experimentación de la cumbia con otro tipo de instrumentos, data de los años 70. Pero Galeano y compañía se adentraron en estas mezclas sonoras y tropicalistas a finales de los 90. Entonces, la cumbia se viste de electrónica, de jazz, de rock y hasta de hip hop.
Y el crecimiento de este género se da gracias a Internet, a esa vía que le dio prueba de existencia a la «nueva cumbia» y a Frente Cumbiero. Especialmente con My Space, hace ya varios años. Y así como se presentan en Quito, lo hacen en ciudades de Europa, Asia y Estados Unidos.
Para Mario Galeano, hacer esta música es un trabajo de responsabilidad. Habla de investigación, de buscar más allá de lo superficial, del ritmo —por ejemplo—, y de encontrar contextos y sonidos de antaño para ver qué hacer con eso. Este sistema tuvo un punto de inicio:
«Nosotros empezamos desde chiquitos a darnos cuenta de relaciones que podían existir. En los noventa, estábamos tocando un punk bastante chatarrero, influenciados por un punk que se hacía en Medellín. Pero empezamos a descubrir a ciertos artistas de la música popular, como Juancho Polo Valencia, de quien pensábamos que era lo más punketo que podía existir en lo tradicional. Y empezamos a encontrar esos «lados b» en la música popular, que no es la que te muestran en las radios».
Mucho de este «lado b» lo descubrieron en sus casas, entre los discos de sus padres. «Y en vez de escuchar el disco de King Crimson, por cincuenteava vez, vamos a oír los discos de los papás, a tomarnos una cerveza, a fumar un cigarrillo y a hablar mierda de eso. Desde muy temprano. No es que de un día para otro hicimos clic, fue un proceso, un autoaprendizaje», cuenta Galeano.
Llevar la música al escenario
Hay algo muy cercano para quienes estamos en América Latina con este tropicalismo que Frente Cumbiero proclama en sus shows en vivo. Tiene sentido que en países como este que se conozca la cumbia y se la baile. Y que se celebre su mixtura con otras tonalidades. Lo que sorprende es que, en el caso de este grupo, su público también esté en países que no comparten tanto material genético musical.
Porque Frente Cumbiero toca en países con idiomas difíciles de pronunciar y hasta programas de Alemania sacan fragmentos de la banda en vivo porque ellos son relevantes para algunas personas allá. La música latinoamericana tiene mucho que decir en otros espacios.
«Esto es tanto por el sonido más eléctrico, más fresco, lo que hace que un público encuentre un sonido que no habían conocido antes», reflexiona Mario. Pero hay algo más, que con el tiempo se ha ido generalizando y que tiene que ver con los Dj y el coleccionismo de vinilos. Esos acordes, ritmos y géneros de los años 50 vuelven a la vida en fiestas y festivales en Europa y permiten que el público tenga más familiaridad con el género.
Es como si hoy, gracias a la tecnología y a los audiófilos, se pudiera hacerle justicia a la música «mala» que escuchaban padres y abuelos. Hay magia ahí.
Frente Cumbiero es el plato fuerte de La Santa, la primera edición de esta fiesta musical que se celebrará mañana 14 de abril en Soundgarden. En el cartel están además Machaka y los dj Martín Flies y Stefansky Vinilos. Las entradas tienen un valor de $20 y se pueden conseguir haciendo clic acá.