Texto: Eduardo Varas C.
«Lejos del mainstream» se lee en el boletín de prensa de «Respirar», para definir lo que hace Lía Padilla en el diseño de modas. Y, de cierta manera, esta es una declaración de principios. Porque como en toda nueva colección, en «Respirar» hay un concepto, uso de materiales y todo un sistema de confección que es común en el universo de la alta costura. Pero también existe algo que lo aleja de ese espacio. Para Lía Padilla no se trata de vender. «Respirar» es un performance que se centra en la experiencia del asistente.
«Yo estoy en un punto medio entre la moda y el arte», dice la diseñadora cuando se le pide más precisión sobre esta idea, que supone tener una posición concreta en el mundo de la moda. «Soy un ser político». dice ella, quien suele realizar toda una investigación y un trabajo que critica la idea de la vestimenta como parte del sistema donde solo importa el capital.
«Quiero que el acceso a la moda no sea a través del consumo«, explica.
Eso se traduce en aceptar que la moda, como parte de todo el sistema, existe también en función de generar una élite. Lía Padilla quiere huir de esto. Por eso «Respirar» se puede entender como una inmersión en un concepto total, así como en la experiencia de un desfile performático. Y como una colección que se sostiene en tres ejes.
Lo que mira la moda
Estos tres ejes se mueven a nivel formal y a nivel afectivo. Por un lado está el sistema respiratorio, que sirve como referencia para que las prendan simulen una morfología particular. Y así, en la parte formal, el verbo respirar adquiere validez. Esta es una colección sobre aquello inevitable, lo que no se puede controlar —respiramos no desde nuestra conciencia, va de la mano con la vida— y aquello que está por debajo.
Los sentidos pueden ser más.
El segundo eje tiene que ver con los afectos, con las emociones que suceden al respirar, de todas las formas distintas dependiendo de las circunstancias. Esta es la parte más complicada del concepto, porque se trata de «los estados que quiero lograr con la ropa», dice Padilla.
Y el tercer eje se relaciona con la cultura indígena, especialmente del norte del país. ¿Y la apropiación cultural? El cuestionamiento es pertinente. Lía Padilla dice que es una de las mayores dificultades que encuentra, porque no es partidaria de tomar elementos de otras culturas y usarlos por usarlos, reduciéndolos a su estética. Para ella hay un tema de investigación en el medio, por lo que no sorprende que se haya tomado dos años entre esta colección y la anterior.
«Yo hago una búsqueda más hacia lo estético, hacia esos componentes políticos, espirituales, las ideas y la percepción que hay detrás de estos artículos», explica la diseñadora.
No se trata solo de tomar patrones, formas y colores. Es indagar y comprender a profundidad lo que sucede con detrás de esas formas y colores. «Respirar» está lleno de ese sentido. «Muchas veces nos apropiamos de lo indígena, pero nadie quiere ser indígena«, explica.
La muestra busca dar una respuesta ante esta inquietud.
Un desfile performático
Con la producción de Paulina Andrade, Lía Padilla ha armado este desfile con un carácter artístico total. Estos sucederá la interior del Teatro Bolívar, este sábado 2 de abril, a las 19:00.
El carácter performático se atestigurá con todo lo que está por pasar. Por el espacio por el que pasarán las modelos, que usarán varios niveles del teatro; por la música en vivo y la relación que se establece entre aquello antiguo y hasta quemado del lugar —en 1999 el Bolívar se incendió y todavía están las señas— con la novedad de las prendas que aparecerán.
Todo en un espacio basado en el sentido del «complemento».
«Respirar» quiere aceptar que el cuerpo existe como una máquina que siente y que está en constante movimiento. Algo que le permite entrar en contacto con sensaciones que pueden sonar a contrarias, pero que en el fondo se complementan, como «inspiración/expiración, expansión/contracción, felicidad/tristeza, placer/dolor, todo/nada».
Y todo eso es lo que se podrá experimentar esta noche en el Teatro Bolívar.