Texto: Eduardo Varas C.
Quizás Almodóvar —adiós al Pedro, él ya es una marca, como Pepsi— está más allá del bien y del mal. Probablemente la única manera de experimentarlo es saber que vamos a recibir ciertos movimientos de cámara que ya nos ha regalado antes, música incidental que hace que todo se vuelva melodramático al extremo, una paleta de colores en la que los tonos pasteles se enfrentan en una batalla descarnada con rojos, amarillos y azules bien marcados. Es decir, hay un estilo que no solo se percibe en las historias que cuenta, está también en la forma.
Y “Madres paralelas” no es la excepción. Porque es una película que él escribió y dirigió, una producción de El Deseo, algo que nació de él.
Pero, más allá de este ejercicio de checklist y de comprobar de que está ahí todo lo que hace de Almodóvar lo que es, hay que dejar algo en claro: no es lo mejor que ha hecho el español, sobre todo por la historia que plantea, y que se queda a medio camino en todo. Porque “Madres paralelas” es un filme sobre la memoria, sobre no olvidar la violencia de la guerra civil española, sobre el desear la maternidad, sobre el dolor, el duelo, el silencio, el trauma, sobre las relaciones, sobre las doscientas mil marcas que aparecen para hacer product placement, sobre adultos que no conocen cómo anotar sus números telefónicos en sus celulares y que recurren al pape y a la pluma…
Todo eso en dos horas de duración: Janis es una fotógrafa —Penélope Cruz en un rol que le consiguió una nominación a los Oscars como mejor actriz— que luego de fotografiar a un arqueólogo forense, Arturo —Israel Elejalde— le cuenta sobre una fosa común en su pueblo, que data de los inicios de la guerra civil española, en 1936— y que no ha podido ser abierta. Le pide ayuda y él acepta. Empiezan una relación y ella queda embarazada. Y así, de golpe, la película entra en una dinámica distinta: dando a luz, Janis conoce a Ana —Milena Smit— una adolescente que también da a luz el mismo día que ella. Esa conexión va a ser importante para el desarrollo de ambos personajes, se supone. Pero ese desarrollo se vuelve lugar común y poco memorable.
Y sí que Almodovar puede hacer lo que quiera, incluso una película que fracase en su intento por ofrecer varias narrativas en una sola.
Porque no consigue aterrizar ni una sola en un lugar interesante. Quizás sea ya otro momento en la filmografía del director. Pero, después de la majestuosa “Dolor y gloria”, en 2019, cualquiera esperaría que Almodóvar diera una vez más una obra maestra. Y la verdad es que no es necesario.
No es que “Madres paralelas” sea un bodrio, porque no lo es. Sí es una experiencia en la que el uso de las elipsis —el marcado paso del tiempo en una narración— en lugar de convertirse en un recurso, se convierte en un bache. En ciertos momentos da por pensar que aquello que no muestra Almodóvar es lo que debería mostrar. Porque en un momento de tensión, cuando la relación entre dos personajes se rompe de una manera telenovelesca, nunca vemos realmente el instante narrativo en el que se resuelve esa distancia. Y deberíamos. En esta película, las acciones no tienen consecuencias.
Aquí, Almodóvar busca no contar, dejar espacios vacíos. Algo que, en el fondo, responde también a su intento de rendirle tributo a ese pasado de violencia de su país, que asesinó a muchos ahora bisabuelos que se convirtieron en fantasmas de una generación. Esa intención puede ser loable, la verdad. Sin embargo, un filme no está hecho de intenciones, sino de una concatenación de escenas y conceptos que se van abriendo y generando algo en quien lo ve.
Esta vez, Almodóvar solo nos ha dejado meter los dedos en el agua, olvidándose que lo magistral de su cine es ofrecernos una experiencia de inmersión. Eso sí, ver a la gran Rossy de Palma en pantalla es siempre un regalo.
PD: Dejo de lado, con conciencia, referirme a cómo en la película se hace referencia a lo latino como algo étnico, porque eso solo merece una análisis más profundo.
Madres paralelas
Dir y guion: Pedro Almodóvar
Elenco: Pelénope Cruz, Israel Elejalde, Milena Smit, Rossy de Palma
El Deseo, Remotamente Films AIE, Netflix, 2021