Texto y entrevistas: Doménica Salvador
Es raro que, públicamente y fuera de espacios de cultura, se hable de arte de manera tan abierta en el país.
Casi siempre, cuando pasa, es porque toca otras aristas. Porque ya no importa el arte o porque hay algo que tiene un mayor peso, ya sea en lo político o por la forma en que se realizan contrataciones públicas para ciertas obras. Por eso, esta es la historia de un mural que parece ser más importante de lo que realmente va a ser, o quién sabe.
En sí, va a ser un mural de 597.87 m2 y Pavel Égüez será el encargado de realizarlo. Estará localizado en la fachada oriental del edificio del Consejo Provincial de Pichincha y desde el 10 de diciembre de 2021 —fecha de la adjudicación del contrato– Égüez tiene 150 días para entregar el mural.
¿Qué tipo de mural? Nadie lo sabe. No hay boceto todavía. Pero cualquier persona que siga la carrera de Égüez puede hacerse una idea. Es más, en varios reportajes y artículos de opinión de distintos medios se habla de la relación directa entre el artista y el correísmo. Casi como si Pavel Égüez fuera el artista oficial de ese régimen.
Si se le pregunta esto al artista, prefiere no responderlo.
Lo cierto es que Égüez es el beneficiario de un contrato por USD 480.000, para el “Servicio de creación artística de un mural histórico con motivo al Bicentenario, y representativo en conmemoración de la Batalla de Pichincha” adjudicado sin un concurso , por medio de un “régimen especial de adquisición artística”. Hasta el momento se han desembolsado USD 364.000.00, como anticipo, correspondiente al 70% del monto. El saldo del 30% restante se pagará a la recepción de la totalidad del servicio realizado, previa presentación de la factura, acta de recepción entregada, única y definitiva y debidamente legalizada.
Los USD 480.000 cubrirán 6 aspectos para la elaboración del mural, según el desglose del contrato de la Prefectura de Pichincha. Estos serían: la obra artística, la técnica aplicada —es decir la cerámica policromada pintada a mano con pigmentos naturales—, el tamaño de las dos secciones del mural, la preparación del muro, la limpieza, cepillado y picado del muro. Además, la instalación de la cerámica y la iluminación de la obra artística con paneles de luces LED, LP, LUMEN en los 597.87 metros cuadrados.
El monto despertó muchas alarmas y críticas. ¿Es justo que tanto dinero público se invierta en una obra de este tipo? ¿Tanto dinero para un solo artista? ¿Por qué cuesta tanto un mural? ¿Por qué beneficiar solo a los aliados políticos con estos contratos? Estas críticas incluso vienen desde adentro: La Asociación de Empleados de la Prefectura de Pichincha llegó a cuestionar el desembolso de esa cifra en tiempos de crisis.
Esta es una crítica que asegura que gastar más de un millón de dólares en productos conmemorativos —incluyendo el de Égüez— es exagerado. El 10 de diciembre la prefectura de Pichincha adjudicó otros dos contratos. Uno para para Pichincha Comunicaciones —Radio Pichincha—, por una suma de USD 430.000 con motivo de creación de contenido, promoción y difusión de actividades. El tercer contrato es de USD 130.000, para realizar 12 obras de teatro.
Para José Bastidas, miembro del departamento de artes plásticas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, “la discusión de la realización de este mural no radica en el fondo, sino en la forma. Invertir en arte es necesario. El sector cultural necesita una reactivación y plazas de trabajo”.
En otras palabras, no deja de llamar la atención el contrato y que prácticamente haya sido entregado a dedo. Pero, no hay que pensar que por esto el sector cultural no merece inversión. Vale la pena recordar que, de acuerdo a datos del Ministerio de Cultura, el campo cultural perdió más de USD 225 millones por la pandemia.
El régimen especial para contratar artistas
En los pasillos del Consejo Provincial se habla de la contratación de Pavel Égüez. Sin nombres, eso sí. Dicen que el recurso del “Régimen especial de adquisición artística” que usaron es legítimo, pero se ubica “en una delgada línea técnica para llegar a la legalidad”.
Usualmente, las adjudicaciones de este tipo se dan por medio de concursos, pero este “recurso” ayudó a obviar esa parte. “Se eligió a Pavel Égüez porque, según el contrato, ningún otro artista podría hacer ese trabajo”, aseguró una fuente de la Prefectura. Uno de los requisitos que el artista debe cumplir es la entrega de una garantía económica por un monto equivalente al adelanto que se desembolsó —USD 364.000—. Égüez entregó dos letras de cambio, según el sistema oficial de contratación pública de la Prefectura de Pichincha: la primera por USD 336.000 Y la segunda con un valor de USD 24.000.
Aunque Égüez cumpla con las condiciones del contrato la pregunta persiste: ¿por qué solo él?
“Yo hago política desde mi arte y también pertenezco a la línea artística del señor Égüez. Pero suena lógico que se abra un concurso a nivel nacional para poder dar una oportunidad no solo a un artista”, dice José Bastidas, artista plástico de Otavalo, miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Si de ganar se trata, Égüez ha corrido con suerte.
Existen otras contrataciones bajo este régimen especial que se han adjudicado al artista en la última década:
- Contrato con el Consejo de la Judicatura por USD 850.000 (2012): “Elaboración de Murales Exteriores y Lienzografías para cada Unidad Judicial del Consejo de la Judicatura”. Un análisis de viabilidad técnica recomendó contratar directamente a Égüez.
- Contratos para complejos judiciales de Guayaquil, Cayambe, Ibarra, Santa Elena, Huaquillas, Chone y Ambato (2013). El 18 de marzo se notificó la suspensión del contrato debido a “causas no imputables al contratista». No se detalla en este informe si las obras se culminaron.
- Contrato con la Fiscalía (2014): Cuando la entidad era dirigida por Galo Chiriboga, Égüez fue elegido para realizar el mural “Grito de la Memoria”, ubicado en la Av. Patria y 12 de Octubre. Esta contratación tuvo el costo de USD 300.000. El contrato se firmó el 15 de julio de 2014, después de ser elegido por medio del Régimen Especial de Adquisición Artística.
A primera vista, Pavel Égüez ganaría más con el mural de la batalla de Pichincha que cualquier otro artista en un concurso de incentivos económicos en el país. Incluso tendría más dinero que el presupuesto de algunas instituciones culturales de Ecuador.
El desbalance se evidencia. Por ejemplo, mientras el mural contratado por la Prefectura de Pichincha tiene un valor de USD 480.000, el Centro de Arte Contemporáneo de Quito, CAC, manejó exposiciones todo el 2021 con USD 70.000 dólares. Y si bien son inversiones que dependen de dos instituciones completamente distintas, se puede ver la desproporción en el “apoyo al arte”.
La necesidad del mural
¿Cuánto cuesta realmente un mural? Apitatán responde: “Depende”.
Juan Andrés Aguirre, más conocido como Apitatán, uno de los muralistas y artistas urbanos más reconocidos del país a nivel nacional e internacional, da su opinión técnica. Para él, el costo depende de los materiales, las técnicas que se implementan, el tiempo, el tamaño e incluso el nombre y la trayectoria del artista.
Y añade que al hablar de muralismo se tiene que tomar en cuenta el propósito del mural.
Para Apitatán, en definitiva, poner precio al arte es subjetivo y las personas pagan lo que estén dispuestas. Técnicamente son las características del mural las que lo ponen en valor:
Tanto para Bastidas como para Apitatán, el mural es una forma de democratizar el arte y de dar un mensaje a la ciudadanía. Es el reflejo de la sociedad y también es una fuente de empleo.
¿Cómo será el mural de Egüez? Pues no se han visto los bocetos, pero eso no significa que no se pueda tener una idea. Para Apitatán, el trabajo de ese artista encaja en el perfil que la Prefectura buscaba. Ahora, “Sí, se podría cuestionar que tenga coherencia la temática del mural con el sentido de cívica actual de la ciudadanía o incluso si se adhiere al propósito de lo que representa es otra historia”, añade el muralista quiteño.
Pavel Égüez habla su trabajo
No aceptó entrevista, pero sí que se le envíen preguntas. Esto fue lo que respondió en algunas de ellas:
¿Sigue siendo importante en el arte, el mural?
El mural es un medio que existe desde las culturas prehispánicas y seguirá existiendo. El muralismo es un movimiento que inició a principios del siglo XX y que mantiene su fuerza, basta ver la cantidad que en eventos y encuentros internacionales realizados por colectivos en toda América Latina, lo más importante es el interés de los jóvenes artistas por el muralismo. En Ecuador hay cientos de festivales de muralismo en casi todas las provincias.
No todo lo que está pintado sobre una pared es muralismo, y se diferencia de otras formas de arte público y urbano.
¿Cuál es la visión de su obra?
Tengo una trayectoria de más de 40 años, mi primer mural es del año 1982. Mi interés es está concentrado en el campo del arte latinoamericano y ejerzo como profesional de libre ejercicio. No solo trabajo en el muralismo, mi obra es muy amplia en la pintura, el dibujo, la gráfica y el arte digital.
¿Qué técnicas utiliza?
Para escoger una técnica se debe hacer la primera pregunta, el mural está al exterior soportando la inclemencia del clima o al interior. Mis murales exteriores son obras perdurables, la mayoría son en cerámica con pigmentos óxidos quemados a grandes temperaturas, también he utilizado mosaicos y concreto. Con estas técnicas se logra la perdurabilidad cromática y la brillantez de los esmaltes son permanentes. El proceso de ejecución de una obra requiere una importante planificación. Por ejemplo, el mural de la Universidad Andina es del año 1984 y su estado de conservación es perfecto. En cada obra se van perfeccionando las técnicas pictóricas y los soportes. No pinto murales exteriores a qué les consuma el clima. En espacios cerrados contamos con muchas más técnicas, frescos, óleos y acrílicos sobre una infinidad de soportes.
¿Con respecto al nuevo mural adjudicado existe ya un boceto de lo que se hará?
Siempre hay líneas generales con un boceto, en la ejecución todo puede pasar, un mural está terminado cuando se retiran los andamios y se firma la obra. Lo que sí puedo decirle es que será una obra monumental de 600 metros cuadrados, en homenaje al Bicentenario de la Batalla de Pichincha.
Pavel Égüez tiene 150 días para entregar su obra, según el contrato adjudicado por la Prefectura de Pichincha y 180 días según el Sistema Oficial de Contratación Pública. La fecha de entrega en cualquiera de los casos sería máximo en mayo del 2022.